La gestión del agua en las industrias de la celulosa y el papel
Es fácil suponer que el agua es abundante porque cubre el 70% de nuestro planeta. Sin embargo, es importante recordar que sólo el 3% del agua del mundo es agua dulce y dos tercios de ella están almacenados en glaciares congelados o no están disponibles para nuestro consumo. En otras palabras, la cantidad de agua accesible es limitada y agua es lo que necesitamos para nuestra supervivencia básica. Por otro lado, la cantidad de agua disponible no se distribuye uniformemente; de hecho, una gran parte de la población mundial sufre de escasez hídrica.
En las últimas décadas, las plantas productoras de celulosa y papel se han visto impactadas, principalmente por cada vez más la limitada disponibilidad del recurso, el aumento del costo del tratamiento de efluentes y legislaciones medioambientales más estrictas.
El agua dulce es probablemente el recurso más crítico para estos sectores productivos, junto con la materia prima, siendo ambos indispensables en el proceso de producción y fabricación, para asegurar las exigentes calidades de los productos, lograr la confiabilidad de los equipos y la reducción de la cantidad de materiales nobles de alta inversión en las fábricas.
La demanda de productos de mejor calidad, mayor uso de materias primas recicladas, y la reducción de las cargas medioambientales, exigen una gestión del agua y una mejor comprensión de la química del proceso, para lograr modificar y desarrollar los procesos tradicionales de fabricación de celulosa y papel.
La gestión del agua significa limitar el consumo de recursos naturales, significa planificar, desarrollar, difundir y gestionar el uso óptimo del agua, de acuerdo con las políticas y normativas aplicables en la materia. Para eso, la atención debe desplazarse de los componentes individuales del proceso a la calidad global del agua de proceso, con el objetivo de dominar en detalle toda la línea de fabricación de papel (maquinaria, equipos y procesos), y de esa forma, comprender el panorama completo, desde el tratamiento del agua fresca y las circulaciones internas de agua hasta la depuración de los efluentes.
Desde el punto de vista del proceso, una gestión adecuada del agua es necesaria para garantizar un buen funcionamiento con bajos niveles de consumo de agua dulce. Con una gestión eficiente del agua, las plantas de celulosa y papel pueden conseguir grandes ahorros cuantificables, disminuir las emisiones de contaminantes a los sistemas acuáticos, así como el uso innecesario de productos químicos, y se reduce el consumo total de energía, al igual que los volúmenes de aguas residuales y residuos sólidos, mejorando finalmente, su eficiencia total y consecuentemente la reducción de la huella de carbono.
En resumen, hay muchas iniciativas para mejorar la gestión del agua en la producción de celulosa y papel. Dado que el agua dulce es crítica para estas industrias de proceso, es importante ampliar continuamente las prácticas de ahorro de agua. Ser transparentes sobre nuestros esfuerzos, compartir resultados medibles, y colaborar con organizaciones medioambientales reconocidas para validar las iniciativas de sostenibilidad, son claves, para lograr el verdadero cambio, que se produce cuando trabajamos juntos.